criminal – necesidad

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Quería tomar la belleza entre mis manos. Ansiaba resguardarla de tanta maldad. Me regocijé en mi egoísmo cuando al fin mis dedos se cerraron en torno a su hermosura. La noche continuó, imperturbable ante mi voraz felicidad. Nadie percibió la ausencia: no hubo lágrimas, ni quejas, ni lastimosos gemidos. Nadie protestó. Todos callaban. En mis manos, mi tesoro irradiaba tibieza, ahora nada la dañaría, sería mía por siempre mientras la luna alumbrara mis noches eternas. Mis ojos se alzaron al cielo, vieron el mundo y alegremente se inquietaron: ya sin aquella luz, el mundo libre no era tal. Abrí mis manos ardientes, mis dedos trepidaban sin paz, la luna fue testigo de su ocaso. La luz se apagó lentamente. Comprendí lo que siempre supe. Me eché a llorar sin amor ni belleza, sólo la luna.

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Siento la indomable necesidad de escribir estupideces.

Acabo de poner el título y de repensar un poco esto. Sí, es una necesidad criminal en algún sentido. O en varios.

Adiós.

zum geburtstag viel glück!!!

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«Si la felicidad fuera realmente deseable para el hombre, el idiota sería el ejemplar más bello de la humanidad» (F. Nietzsche)

Sabias son las palabras del amigo alemán, quien está de cumpleaños el día de hoy. Estas palabras no surgen por nada en esta entrada, representan un sentimiento que a cada momento cala con más y más insistencia mi suave dermis y mi por demás pretencioso entendimiento. La felicidad, oh, qué tema! da para darle miles de vueltas, encontrar millones de explicaciones y aplicaciones confusas, hasta es lo suficientemente basto como para que cualquier boludo intente escribir una novela (sí, señores, hablo de ESTE pobre boludo). Es necesaria? no lo es? No puedo responderlo, ni espero hacerlo, dejemos las pretensiones para los momentos de lucidez (JA). A lo que quiero llegar es al hecho de que quiero que así sea. Así? Así cómo? Así, indeseable.

Después quiero seguir con esta hermosa temática, espero poder.

Bueno, dejemos de lado esto, volvamos al título. No sólo hace referencia al cumpleaños de Friedrich, sino al mío, que fue hace exactamente una semana. No tengo mucho para decir más allá del hecho en sí mismo. Ahora tengo 19 años, y todo a mi alrededor sigue siendo la misma mierda (no todo, mis perdones a quienes no integran este conjunto).

Bueno, después de una larga ausencia debía subir algo, y esto, digan lo que digan, algo es.